Fue un accidente. O casi. Me encontré con Alberto Escarpa en una jornada en Campo de Criptana, organizado por ACMEIM.
Al escucharle se me encendió una lucecita: «Esto que cuenta Alberto de la Galactosemia se puede aplicar a muchas otras cosas».
Y este es el resultado, gracias a la colaboración de Alberto y su equipo con los pediatras, inmunólogos y la Unidad de Innovación del Hospital Clínico: