Te sientas y miras al infinito.
Les dices que se ha muerto.
Lo sientes.
Pero se ha muerto.
Sí.
Les estás mirando, pero ves a través de ellos.
No lo creen.
No lo quieren creer.
¿Cómo ha podido ser?
¿Dónde me confundí?
¿Qué hice mal?
Me quedaría toda la noche despierto si a la mañana siguiente supiera como salvar una vida.
Ellos piensan que deberías haberlo hecho mejor.
Que la muerte es tu culpa.
Que alguien tiene que ser culpable.
Que no pararán hasta que hagan contigo lo que ellos te atribuyen.
Para ellos eres un asesino.
Pero sigo vivo.
Hay que continuar.
Un nuevo paciente.
Una nueva historia.
Un éxito o un fracaso.
Esta es la vida que he elegido vivir.
Duermo y sueño.
Pero me quedaría toda la noche despierto si a la mañana siguiente supiera cómo salvar una vida.