Desde el martes 1 de marzo de 2016 he pasado a ser director médico del Hospital Clínico San Carlos.
He recibido abrumadoras muestras de apoyo dentro y fuera del Hospital. Las agradezco enormemente. Pero también hay quien me ha transmitido su preocupación por la dificultad del reto y por lo carga que va a suponer.
Hay tres maneras de plantearse esta nueva situación:
1. Dejarla pasar
2. Intentar hacer cosas sin riesgo
3. Trabajar con un plan y un equipo para conseguir mejoras, asumiendo los riesgos y con un plan de contingencia
Evidentemente, he elegido la última opción. Como dije en una entrada el último día del año 2015, no he llegado a este momento de mi vida para dedicarme exclusivamente a criticar lo que no me gusta, sin actuar.
No estoy dispuesto a ser un mero espectador de la realidad que me rodea, aunque no me gusten algunas de las decisiones que tenga que tomar. O, simplemente, alguno de los objetivos y de los planes no se consigan o cumplan.
Quejarse de que las cosas funcionan mal y seguir haciéndolas igual no parece una solución muy inteligente, sea uno un egoísta o un altruista.
Esperemos a ver lo que ocurre. Hablamos en 3 meses.
JM