La RANM en Harvard: el tercer día

Con el cambio horario, el sueño se desvanece antes de que amanezca. Y el día 31 de mayo no fue diferente.

Era día libre para mi; mientras, los académicos involucrados en el Diccionario Panhispánico de Términos Médicos iban a estar ocupados en una reunión de trabajo con el Instituto Cervantes en Harvard.

Después de escribir algunas ideas y de pasar un par de horas contestando correos electrónicos, decidí salir de nuevo a ver la ciudad.

En el verano de 2016 había estado en una visita breve y, desde entonces, la actividad constructora había crecido desorbitadamente. Y, por fin, el concesionario de Tesla había abierto en el Prudential.

Por la noche, había quedado a cenar Norberto Malpica, brillante investigador y mejor persona con el que trabajé en la dirección del consorcio MVision en Madrid, y con Martha Gray, la directora de MVision por parte del MIT.

Charlamos, nos reímos y planeamos nuevos proyectos. Esto me lleva a recordar que la innovación no es una cuestión de tecnología, sino de personas.

Continuará…

La RANM en Harvard: el primer día de viaje

El lunes 29 de Mayo, un grupo de académicos y de profesionales de la Real Academia Nacional de Medicina tomamos un vuelo directo a Boston.

El destino era la Universidad de Harvard. Allí, en el Centro Rockefeller para Estudios Latinoamericanos, se celebrará el Foro de Debate sobre Español Médico durante los días 1 y 2 de Junio, auspiciado por el Instituto Cervantes y la Real Academia.

Para empezar, salimos con retraso. Tuvieron que reemplazar el Airbus 330-300 y nos llevaron en los autobuses hasta un lateral de la terminal T4S de Barajas.

Resulta abrumador ver el tamaño del cilindro en el que nos lanzamos a más de 800 km/h para atravesar el Atlántico.

El vuelo transcurrió sin incidencias. La conexión directa entre Madrid y Boston evita los cambios de avión, las carreras por las terminales, las esperas, y llega uno más descansado.

En el aeropuerto de Logan nos estaban esperando para el traslado al hotel en Cambridge, al otro lado del río Charles.

En la misma terminal fuimos conscientes del impacto que JFK tuvo, ha tenido y tiene en la cultura de la ciudad, de Nueva Inglaterra y, por qué no, de todo Estados Unidos en estos tiempos. Se celebra ahora el centenario de su nacimiento.

Una vez en el hotel, cada cual decidió como gastar lo que quedaba de tiempo. Nos tomamos el resto del día libre.

Llovía. Mucho al principio. Luego fue disminuyendo la intensidad del chubasco, lo suficiente como para aventurarse a pasear por una ciudad iluminada todavía por la plomiza luz del día.

Aún así, muchos decidieron descansar. El cambio horario se cobra peajes. Otros salieron a cenar. Temprano.

En mi caso, caminé hasta el MIT, crucé el puente de Mass Av. y me adentré en BackBay, como tantos otras veces durante tantos años.

Uno siempre es esclavo de su memoria. La plasticidad cerebral garantiza seguir siendo el que uno fue.

Continuará…

Un paseo por Cambridge y Boston: Harvard y MIT

Hace 20 años llegué a Boston para entrar como «fellow» de la Harvard Medical School al Hospital Beth Israel. Este mes de Enero de 2016 he regresado como parte de un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Politécnica (Campus de Excelencia Moncloa), para participar en un taller de tecnología biomédica con investigadores de las dos mejores universidades: Harvard y MIT.

Como nota aclaratoria, no se necesita ninguna capacidad intelectual especial para trabajar al nivel de Harvard o MIT. Simplemente hay que desearlo. Desearlo mucho. Desear caminar la «extramile» que hace los sueños realidad.

No es fácil describir como se siente uno cuando está rodeado por gente brillante, premios Nobel, o premios Nobel a punto de caer. Lo resumiré de una forma algo cursi: inspirador.

RCC

Donald Ingber, con gafas, está al fondo dando la espalda al póster del Real Colegio Complutense. Dirige el Instituto Wyss, un sitio del que se puede aprender para lo bueno y lo malo. Un grupo de investigadores que publican una vez al mes en Nature/Science, que patentan y trasladan al mercado.

A mi me tocó contar quiénes somos y qué hacemos en el Centro de Innovación del Hospital Clínico San Carlos y el Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos: proyectos de big data, plataformas de educación, sistemas de información en pediatría o nanotecnología para el diagnóstico microbiológico. También presentamos nuestra colaboración con el grupo de Life Supporting Technologies para la diabetes con Mosaic. Después de todo, la diabetes mellitus tipo II es la principal causa de años vividos con enfermedad en España.

Y esto sólo fue el comienzo.

Matar a un cirujano

Hace unos días, desde el Brigham’s and Women, saltaba la noticia al mundo. Un cirujano cardiovascular había sido tiroteado en una planta de hospitalización.

¿Qué pudo haber pasado para llegar a un asesinato y un suicidio en uno de los buques insignia de la Facultad de Medicina de Harvard?

El Dr. Michael Davidson, de 44 años, recibió dos tiros de un desconocido. O no.

Davidson había operado a la madre del asesino, Mr. Pascieri, poco tiempo antes. Este, después de disparar al cirujano, se suicidó en el mismo hospital.

Odio, rencor, frustración, impotencia…

Y esto no sólo pasa en Estados Unidos.

Ahora ya podéis leer en el New England Journal of Medicine: Being like Mike

Las 10 características que tiene una universidad innovadora

Mi primer contacto con una universidad norteamericana se remonta a 1994, hace ya más de 20 años. Entonces era residente de cirugía general y digestiva en el Hospital Clínico San Carlos y me concedieron una rotación por el Departamento de Cirugía del Hospital Beth Israel de Boston (antes de su fusión con el New England Deaconess), uno de los buques insignia de la Facultad de Medicina de Harvard. Luego, a principios de 1996 me fui a Boston con una Beca de Ampliación de Estudios del FIS. Esta vez como «research fellow in surgery» de la Harvard Medical School en el Departamento de Cirugía del Beth Israel Deaconess Medical Center.

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Desde entonces, mi contacto con las facultades de medicina norteamericanas ha sido constante. Esto culminó en 2012, cuando mi condición de co-director del consorcio Madrid-MIT MVision me permitió disfrutar, intelectual y profesionalmente, de mi afiliación al MIT.

fiona murray

Desde luego que hay muchas diferencias entre las universidades norteamericanas y las españolas. Sin duda. Desde la financiación a la disponibilidad de recursos, del acceso de los estudiantes a la selección del profesorado. Pero si tengo que elegir las 10 características que influyen más para diferenciar a Harvard y, especialmente, al MIT del resto diría que son:

1. Red social muy conectada
2. Confianza intra e interpersonal
3. Responsabilidad (individual y colectiva)
4. Espíritu de pertenencia
5. Transparencia
6. Capacidad de pensamiento crítico (individual y colectiva)
7. Disponibilidad y Accesibilidad («de» y «a» los más influyentes)
8. Capacidad de hacer pública y difundir su visión
9. Sentimiento de transcendencia
10. Necesidad de traducir conocimiento en impacto social

Un ejemplo de una forma muy peculiar de tratar un problema grave, al estilo MIT

Los líderes del nuevo orden

Dice Clayton Christensen, profesor de la Facultad de Económicas de Harvard, que el reto al que se enfrenta la sanidad, hacer que la atención sea accesible y asequible para todos, no es exclusivo de este área. Y todo el mundo busca la “disrupción”.

Según Christensen, hay tres ejes sobre los que actuar: 1. Tecnología simplificadora 2. Innovación en el modelo de negocio 3. Red de valor disruptiva.

Y en cuanto a la gestión del cambio…

«Generally, the leading practitioners of the old order become the victims of disruption, not the initiators of it. But properly educated, the leaders of the existing systems can take the lead in disrupting themselves—because while leaders instinctively view disruption as a threat, it always proves to be an extraordinary growth opportunity. Hence, IBM played a huge role in creating the personal computer industry; the department store Dayton-Hudson launched Target; and Hewlett-Packard created and grew to dominate the disruptive ink-jet printer business. When they follow the rules we’ve described in our research, the leaders in the old indeed can become the leaders of the new.»

Si quieren saber más, les recomiendo que lean este extracto del libro del propio Christensen, Jerome Grossman y Jason Hwang.

Y si quieren aprender más sobre innovación y liderazgo, les recomiendo la iniciativa del MIT a cuya cabeza esta Fiona Murray.