Andar en chándal por El Retiro. Despreocupadamente. Como si nada fuera a cambiar. Como si el instante fuera a durar para siempre. Sin conocerles. Sin conocerme. No saben que les han capturado digitalmente en el momento sin retorno en el que atravesaban la puerta de salida del Palacio de Cristal. Se amarán. Se odiarán. Seguirán juntos para siempre. O no. Pero la captura de este momento perdurará en el tiempo sin que ellos lo sepan jamás.