IA generativa y teoría de juegos

Yo:

Imagina un juego. Múltiples jugadores humanos interaccionan con una IA generativa, como chatgpt, en una especie de juego donde cada individuo humano intenta ganar a todos los demás humanos y eliminarlos del juego. Eso supone que la IA generativa puede dar soluciones a cada individuo que les ponga en peligro individual y colectivamente. Propón una solución.

ChatGPT:

Este escenario plantea un juego complejo en el que una IA generativa interactúa con múltiples jugadores humanos en un ambiente competitivo. La estrategia de «Mutuamente Asegurada la Destrucción» (MAD) y el concepto del equilibrio de Nash son útiles para abordar la dinámica estratégica del juego.

En la estrategia MAD, comúnmente asociada con la política de disuasión nuclear, cada jugador posee la capacidad de infligir un daño inaceptablemente alto al otro, lo que desalienta el ataque inicial y fomenta un estado de estabilidad a pesar de la tensión. Por otro lado, un equilibrio de Nash ocurre cuando cada jugador ha elegido la mejor estrategia posible, teniendo en cuenta las decisiones de los otros jugadores, y ninguno tiene nada que ganar cambiando solo su estrategia.

Para diseñar una solución basada en estos conceptos:

  1. Transparencia de las Reglas: La IA debe seguir reglas claras y transparentes que sean conocidas por todos los jugadores. Esto establece un campo de juego equitativo y permite a los jugadores formular estrategias basadas en información completa.
  2. Disuasión Simétrica: Implementar un mecanismo en el juego por el cual acciones agresivas contra otros jugadores podrían resultar en represalias por parte de la IA. Esto desalienta a los jugadores de tomar medidas que podrían eliminar a sus oponentes humanos, ya que dichas acciones también aumentarían su propio riesgo de ser eliminados.
  3. Incentivos de Cooperación: El juego podría diseñarse para recompensar la cooperación entre jugadores humanos. En lugar de solo ganar eliminando a los demás, los jugadores podrían obtener beneficios al formar alianzas y trabajar juntos para «sobrevivir» a los desafíos planteados por la IA.
  4. Equilibrio de Nash Dinámico: La IA podría ajustar dinámicamente el juego para mantener un equilibrio de Nash. Si detecta una estrategia dominante o una alianza que desequilibra el juego, podría introducir nuevos elementos para restablecer la equidad, como desafíos o recompensas.
  5. Limitaciones de la IA: Establecer límites éticos y de seguridad para la IA para asegurarse de que no genere soluciones que puedan dañar a los jugadores en el mundo real o crear consecuencias no deseadas.
  6. Final del Juego: Definir condiciones de finalización claras, donde el «ganar» no necesariamente signifique ser el último jugador restante, sino tal vez alcanzar ciertos objetivos dentro del juego que requieren tanto estrategia individual como colaboración.

Con estos elementos, se podría crear un juego estratégico complejo que utilice los principios de MAD y el equilibrio de Nash para fomentar tanto la competencia como la cooperación, manteniendo la integridad del juego y la seguridad de los jugadores.

Innovación: que nadie vaya a por la rubia

Es famosa esta escena de la película «Una mente maravillosa», en la que se cuestiona la tesis de Adam Smith.

John Nash, el premio nobel, formuló su: «para conseguir el mejor resultado cada miembro del grupo debe hacer lo mejor para él mismo y para el grupo»

Ese es un problema para la innovación competitiva dentro de un sistema regulado, cuando se intentan solucionar problemas que afectan a todos.

Los modelos de gestión de la I+D+i, especialmente en el ámbito tecnológico, exigen competición entre grupos: secreto, patentes, desarrollo, financiación, comercialización…

Aunque la innovación es importante para la supervivencia de los sistemas, a la vez trae sus problemas, tal como describió Nicholas Negroponte:

«La innovación es ineficiente. Con frecuencia, es indisciplinada, siempre lleva la contraria y es iconoclasta; se realimenta con la confusión y la contradicción.

En pocas palabras, ser innovador es todo lo contrario de lo que la mayoría de los padres quieren para sus hijos, los consejeros delegados para sus compañías y los jefes de estado para sus países.

Los innovadores son insoportables.

Y, sin embargo, sin innovación estamos condenados – por aburrimiento y por monotonía – a la decadencia«.