Schumpeter fue el que difundió un concepto que no era suyo: la destrucción creativa. Que luego aprovecho Topol para aplicarlo a la medicina.
Pero ya Clayton Christensen había dicho que la medicina norteamericana estaba enferma. Y empeorando. Para él, la única opción es la innovación disruptiva mediante «herramientas de colaboración y cambio».
Mientras, Michael Porter se empeña en trabajar la estrategia y su propuesta para luchar contra la crisis de los costes de la asistencia sanitaria es centrar el sistema en el «valor»
Pues si recogemos esas tres grandes líneas y las mezclamos con los 5 grandes problemas de los sistemas sanitarios definidos por Sir Muir Gray:
1. Variación no deseada en resultados y calidad
2. Daño a los pacientes
3. Inequidad por el deficiente uso de los recursos
4. Desperdicio de los recursos sin maximizar el valor
5. Fracaso en la prevención de la enfermedad
Nos encontramos con la propuesta definitiva ante cualquier situación compleja:
Rómpelo
Reconstrúyelo
Y hazlo mejor
Esta es la propuesta de los hackers de la medicina del MIT.
Y ese es el reto que el Consorcio MVision ha tomado por segunda vez en Madrid.
Aprovechando las instalaciones del Instituto Internacional, una puerta abierta entre Madrid y Boston desde el siglo XIX, y con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos y del Departamento de Estado a través de American Space, durante dos días desarrollamos Hacking Medicine Madrid.
El hackathon fue una fiesta de juventud, diversidad y colaboración. Los tres ingredientes de la innovación. Viendo los «pitches» de los distintos grupos participantes llegué a una conclusión:
Los españoles no tenemos nada en nuestro genoma, ni en el epigenoma, ni en nuestro carácter, que nos impida cambiar el estado de las cosas para mejorarlo.