¿Cómo lo vas a hacer?

Puede que lo que voy a contar a continuación suene arrogante. No es mi intención, aunque algunos no me crean. Intento, únicamente, reflexionar por escrito sobre por qué uno es lo que es y no otra cosa.

Mi interés por conocer Estados Unidos viene de lejos, desde mi adolescencia, cuando planeaba cómo me gustaría desarrollar mi carrera profesional. Pero según fui cumpliendo años, la motivación cambió. No quería conocer USA para quedarme, sino para que mi criterio no dependiera de lo que los demás me contaran.

Porque la gente te cuenta, con mucha frecuencia, cómo es Estados Unidos sin haber puesto un pie allí. Se forman una opinión global, sobre la costa este, la oeste, el medio oeste o todos los estados, por lo que han visto en el telediario, han leído en los periódicos y, más frecuentemente, por lo que les ha contado alguien que ha estado allí, bien sea un primo, una sobrina, o el vecino de su cuñada.

Con suerte, alguien ha leído algunos de los relatos de Elvira Lindo desde Nueva York.

No infrecuentemente tengo que escuchar que los norteamericanos son infantiles, hipócritas incultos, arrogantes, prepotentes…

No comparto esa opinión. En absoluto.

En mi caso, tuve suerte. Mucha suerte. No suele ser común que uno pase de un colegio de San Blas a ser «fellow» de la Facultad de Medicina de Harvard, primero, y afiliado del MIT, después. Tampoco que en medio pase, como investigador visitante, por varios hospitales de ambas costas y el medio oeste. Y todo ello gracias a la financiación pública que, aunque no muy abundante, recibí a través del Instituto de Salud Carlos III o de la Comunidad de Madrid.

Lo primero que esta exposición a la cultura norteamericana me ha generado, sin ser protestante, es un sentimiento de «giving back», de obligación de devolver a la sociedad parte de lo que he conseguido a cambio de lo que me ayudaron.

Sin embargo, pese a lo que me he beneficiado de ser un «hiperadaptado al sistema», hay una crítica a nuestra sociedad que no me puedo ahorrar. Se refiere a la pobre cultura de apoyo a los más jóvenes, a los que intentan hacer proyectos novedosos, que amenazan con romper el status quo.

Siendo Estados Unidos un país con sus imperfecciones, sólo hay que mirar a su actual presidente, su cultura académica de progreso es envidiable. Cuando alguien tiene una idea nueva por la que siente pasión e intenta buscar ayuda de otros, la respuesta inicial no es un «¡NO, eso no se puede!, sino más bien un «¿Cómo lo vas a hacer?». Y es una pregunta sincera, no hipócrita.

Por eso, por esa sana envidia que siento a veces, me gustaría ver que cuando alguien joven defiende una idea nueva le contestáramos con un «cómo lo vas a hacer» y con un nuevo y frustrante «no, eso no es posible».

Una respuesta a «¿Cómo lo vas a hacer?»

  1. Woooow que bueno el post!! Me ha encantado y me gustaría poder compartirlo con los estudiantes en nuestra academia de inglés, pues vemos esto a diario ya que nosotros nos dedicamos a mandar a Estados Unidos a la mayoría de estudiantes Becados por estudios o atletas.
    Es el mayor problema que se enfrentan en España al volver y muchos de ellos tienen que regresar e Estados Unidos al darse cuenta que aquí los médicos, ingenieros, científicos, emprendedores…etc están abandonados.
    La arrogancia que bien comentas la vemos todos los días pues yo mismo soy de los Estados Unidos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.