Una iglesia que ya no lo es.
Una multitud dentro.
Mesas, sillas, personas y conferencias.
Dospuntocéricas.
Silla con silla.
Charla tras charla.
Hora tras hora.
Tweet tras tweet.
Surge la atracción.
El deseo.
Se twittean entre ellos.
@bpcurious Dnd vamos?
@medint Al baño. Aprovchmos msa rdonda.
Abren la puerta.
Cierran el pestillo.
Ropas fuera.
En una mano Blackberry.
En la otra iPhone.
No se hablan.
Se twittean los jadeos.
Se acerca el momento.
@medint Llevas?
@bpcurious Yo no. Tú?
@medint. Si. Espera
Bpcurious le entrega una par de sobrecitos.
Empaquetados.
@Medint se apaña con la mano y los dientes para rasgar el papel.
Metalizado.
@bpcurious. X cierto. q ers?
@medint. Big pharma
Escupe el papel.
Recoge la ropa.
Se viste sin twittear palabra.
Sale por la puerta.
No acepta estas cosas.
Sería un conflicto de interés.
Hay mucho ‘digno’ de cara a la galería que luego, en privado, se vende al mejor postor. Este espécimen pulula mucho por los puestos directivos de la sociedades ‘científicas’ de Primaria, que, por ejemplo, abominan públicamente de la ‘Big Pharma’ pero luego se echan en brazos de ella para que patrocinen las cátedras de la especialidad o ponen el cazo a los laboratorios de homeopatía a la que luego incluyen en las ponencias de sus Congresos.
Un abrazo, tocayo.
Por ejemplo, sin ir más lejos