Cada vez que llegan las epidemias de gripe, especialmente cuando coincide con otros factores estacionales (las vacaciones), la inocencia del sistema se interrumpe.
La presión que sufren las personas, las reglas de funcionamiento y los recursos (los tres elementos que componen el sistema) hace que nos empecemos a preguntar qué está mal. Y ahí surge el dilema: ¿la culpa la tiene o no la tiene el usuario?
Este tuit encendió la mecha.
El debate sobre el uso de los dispositivos del sistema sanitario (Urgencias hospitalarias, Urgencias de Primaria, Consultas y demás) está siendo interesante. Incluso Jose Antonio Plaza (@Plaza_Bickle) se ha hecho eco del debate en Diario Médico.
Haciendo una simplificación muy propia de una mente simple como la mía, la solución es «O el usuario se adecúa al sistema o el sistema se adecúa al usuario».
Recordemos brevemente el esquema de funcionamiento de un sistema nacional de salud tal como originariamente publicó el NHS Scotland
Es decir, se construye un sistema de prestación de servicios (orientado, cómo no, a dar servicios) para facilitar el acceso. ¿Qué parte no entendemos?
Conclusión: O se transforma el sistema o el usuario siempre va a creer que su demanda de servicio es adecuada.