Ayer jueves 6 de julio de 2017 participé en la jornada de MEDES para hablar sobre el impacto de la ciencia e-compartida en la práctica clínica.
Sinceramente, no tenía muy claro a qué se podía referir el tema de mi conferencia, así que aprovechando que mi rector se había referido a la posverdad y la ciencia, intenté provocar con un discurso que mezclara la posverdad, la ciencia médica y la práctica de la medicina. Y me parece que lo conseguí.
Empezaré por las definiciones para ver si nos ponemos de acuerdo.
Ciencia médica: cuerpo de conocimiento relativo a la salud y la enfermedad generado por el estudio del ser humano y su entorno mediante la aplicación de la observación y la experimentación de acuerdo con el método científico
Medicina: profesión dedicada a diagnosticar, tratar y prevenir las enfermedades
Posverdad: situación en la que la creencia es más importante que los hechos.
Y dicho esto, dejo que Dan Ariely haga el trabajo duro: pensar y contar los hechos.
La enésima muestra de que tendemos a que es más importante lo que «parecemos» a lo que «somos». Lo importante que es tabular, prever, establecer la tendencia. Encorsetar.
En definitiva, simplificarnos con el fin de hacernos más fáciles de tratar (no sólo médicamente). Big Data, donde el Big Brother nos de un Big Target.
¿Sabes? Laura sigue estando. Aunque ya no se llama Laura. Y no hablo de un alma, ni de un Cielo que según el credo está vacío, ni de un Walhalla, ni de un Nirvana. Hablo de que la memoria es tan importante como acercare al futuro. Los errores son imprescindibles para mejorarnos. La creencia es fundamental para llevar a desarrollo las ideas. Pero Tempus Fugit.