Pero la frase continúa: …”but passion and deception slice straight through the heart”.
Me he permitido manipular el siempre impactante slogan de una serie televisiva de Ryan Murphy – Nip/Tuck – para reflejar lo que la Cirugía supone para algunos, ¿o para todos?, de los que nos dedicamos profesionalmente a su ejercicio.
Efectivamente, la Cirugía es una obsesión con un filo muy fino. Y doble. Marca a todo el que se acerca, para bien o para mal. Después nadie sigue siendo el mismo.
Hace algunos años, durante un fin de semana, leí un par de artículos muy interesantes en EP[S], uno de ellos sobre los impostores de la Ciencia y otro sobre los Cirujanos Españoles – quizás alguna mente ”torturada” pueda ver cierta intención maquiavélica en el orden.. ”Your secret is safe with me”-.
De los muchos asuntos que Milagros Pérez Oliva aborda en su artículo, el que me más me interesa últimamente es el de las cirujanas. Será porque trabajo y colaboro con muchas en mi centro, y de vez en cuando he oído cosas con las que no estoy de acuerdo, en absoluto.
¿Son las cirujanos mujeres diferentes a los cirujanos hombres? Me han formulado muchas veces esa pregunta. En algunas ocasiones me ha parecido creer que la cuestión llevaba implícita una afirmación ulterior: “y mejores”. Para mí la respuesta está clara. La verán en la formulación de la pregunta. El sexo es sólo un adjetivo al sustantivo “cirujano”. Por supuesto que el sexo influye en la elección de la especialidad, eso dicen algunos datos (Monleon Moscardó PJ y cols. Acta Esp Psiquiatr 2003; 31:24-30). Pero una vez elegida, todos experimentamos el mismo doble filo.
Primero, en la elección de la especialidad. Se supone que los hombres preferimos la profesión porque estamos “programados o entrenados” para sacrificar nuestras responsabilidades familiares, de pareja, etc, tal como precisa una profesión como ésta. Pues bien, Rosanne Spector del Stanford University Medical Center entrevistó a estudiantes norteamericanos sobre sus elecciones de especialidad. El “sacrificio” era un requisitio aceptable para todos los que deseaban elegir una especialidad quirúrgica. Incluso UNA estudiante llegó a decir “Hay cámaras de vídeo para ver a tus hijos [crecer]” (www.medicalnewstoday.com)
¿Y durante el entrenamiento como residentes? Esto si que es interesante. McGreevy y Wiebe del Departamento de Cirugía y de Psicología de la Universidad de Utah en Salt Lake City (Am J Surg 2002; 184:121-125) encontraron que hay más diferencias en los rasgos de personalidad entre las residentes y las mujeres de la población general que entre los residentes y los hombres de la población general. De hecho, y lo escribo literalmente para que no haya dudas sobre la traducción “The striking finding in this study is the fact that male and female surgical residents differ from the general population in the same traits in the same direction.”
Por último, existe una cierta presunción sobre la diferente influencia de la vida privada en la satisfacción profesional de cirujanas y cirujanos. ¿Verdad o mito?….Si a las mujeres se les pregunta por su satisfacción profesional, olvídense, los asuntos privados no son un problema prioritario. La satisfacción profesional de las cirujanas en Austria, por ejemplo, depende de la organización del departamento, de su volumen de casos y de tener que estar de baja maternal (Arch Surg 2004;139:1208-1214).
Ahora espero que comience el debate. Les aseguro que lo estoy deseando
Para mí la pregunta clave que todo profesional de la Medicina, cirujanos incluidos, sea del sexo que sea tiene que plantearse en algún momento de su carrera es:¿Merece la pena? Yo tengo mi propia respuesta.