Iban vestidos de seda y cuero.
Negro.
O desnudos.
Desafiantes.
Listos para atacar.
Paseaban como depredadores.
Lentos.
Vigilando.
Sin casi luz.
Las pupilas dilatadas.
Buscando presas.
Y se escuchaban los gemidos de las víctimas.
Dolor.
Y placer.
Ellas eran ellos.
O ellos eran ellas.
Una pasión extraña.
Donde acababan los unos empezaban los otros.
Carne.
Y fluidos.
Y más carne.
El silencio de los corderos.
Y el sigilo de los lobos.
Un ritual extraño.
Cuerpos en la oscuridad.
Dolor, ¿me lo devolverás?