Cuando habló de que le rompería el corazón, nunca imaginó que fuera literal.
Por eso le firmó el consentimiento.
Informado.
Sin casi leerlo.
Porque no quería sufrir por los detalles.
Fue así.
Directa.
Y lo tuvo entre sus manos.
Acariciándolo.
Cortándolo.
Haciéndolo sangrar
Suturándolo.
Reponiéndolo en su sitio.
Pero era una relación desigual.
Ella era su cirujana.
El sólo otro entre los mortales a los que abriría.
En canal.
Me imagino que yo en su lugar haría igual, al fin y al cabo lo único que tengo claro de la cirugía es que «lo verde/azul no se toca» Es broma.
Puede que se parezca a los trucos de los magos, hay quien intenta descubrir de qué se trata y hay quien se deja llevar.