¿Se han sentido alguna vez solos? No me refiero a faltos de compañía.
Me refiero a estar cara a cara frente a la nada.
Es esa sensación de vacío y silencio, en el momento en el que ya no valen las guías ni las sesiones clínicas, ni las opiniones de sus compañeros más expertos.
Es la soledad de un individuo que tiene que tomar una decisión sobre la vida de otro, en cuestión de segundos, cuando pasa lo que nunca debería haber pasado. Cuando estás aterrorizado, pero sabes que no puedes abandonar.
Meto una pinza detrás del páncreas, lo despego de la porta y…
«¡Joder! ¡He roto algo!»
Todo se llena de líquido rojo.
Tibio.
Intento apretar para que pare.
A ciegas.
Pero se rasga más.
«¡Me cago en la puta!» – el miedo me hace gritar.
Un lago viscoso empieza a asomar por la laparotomía y es visible hasta para el anestesista, que no para de pasar más volumen de solución cristaloide, porque la tensión cae bruscamente.
Me mira.
Los ojos del pavor.
Hay agitación y nerviosismo.
Por todas partes.
Y muy dentro de mí.
«Lo siento. Lo sé. ¡Lo siento!»
Aquí ya no hay medicina basada en la evidencia que valga.
«Hay que hacerse con esto» pienso
– ¡Va a sangrar mucho! – se me escucha. – ¡Mucho! ¡Qué no se mueva ni dios! ¡Lo cojo yo!
Pero dentro de uno, todo empieza a ir deprisa.
Y estás solo.
Te pitan los oídos.
Te tiemblan las piernas.
Pero estás solo.
No puedes decírselo a nadie.
Pero casi ni te sujetan, están sin fuerza.
El corazón va más deprisa.
Muy deprisa.
Galopa.
Cuando respiras casi duele.
El aire quema.
Ahora ya no pitan, sólo te zumban. Los oídos.
Todos los sonidos que no vengan de tu cabeza ni se escuchan. Son como susurros sin sentido.
Estás solo.
O lo controlas o se acaba todo.
¡Estás¡ ¡Pero solo!
A esa soledad me refiero.
A ese agujero negro agotador.
En ese vacío, algunos aprenden a diferenciar lo principal de lo accesorio.
Otros pueden verme el corazón latir a través del pecho.
Nos dejas en el momento álgido, en pleno apogeo del relato… estaba muy cerca de ti en ese vacío, en ese precipicio emocional… lástima. Si no supiera que eres un hombre de ciencia diría que estabas a punto de hablar de algo cercano de alguna manera a la idea de un Dios… En cualquier caso, gracias por acercarnos en tan pocas líneas a un sentimiento tan profundo. Mi admiración.
Y luego la angustia y soledad de hablar con la familia, pidiendo a Dios, que asimilen tus palabras.
Esa experiencia la viví. Igualito , mi ayudante sin darse cuenta había lesionado la vena Cava. Fue terrorífico
No se puede decir ni explicar de mejor manera. Nadie que no pertenezca a nuestro gremio, puede entender lo solo que se está en esta situacion, donde la evidencia cientifica y las horas de estudio, sirven solo de ayuda. Como un capitan en plena galerna, intentando mantener la calma de una tripulacion superada por las circunstancias.
Amigo Julio, como en todos tus post, has dado en el clavo
Es difícil narrar lo que se llega a sentir…
Es la adrenalina pura y fresca cieculando por el torrente sanguíneo y sus efectos de fuga, es la generación nata del estrés, el enemigo número uno de la humanidad, y el fiel compañero por el que no debiera sentir solo el cirujano sabiendo que en esa supuesta soledad lo acompañan otra energía inmaterial, irónicamente generada por él mismo, irónica porque al mismo tiempo le causa un desgaste físico y mental, un distractor vital para esos momentos; es experimentar lo sabroso que es vivir intensamente y valorar la vida.
Lo has hecho de maravilla. Creo que todos losque hemos leído experimentamos la soledadde la situación. Mil gracias or compartir
Aunque no soy cirujano sino generalista, es una sensación similar a la que experimentas cuando te avisan en una guardia de madrugada para acudir a un domicilio o suena el timbre de la puerta del Servicio. Te levantas con el corazón desbocado sin saber qué te puedes encontrar. Y como tú dices, ahí si que ya no hay guías, protocolos o MBE que valga. Un abrazo.
Cierto Julio. La sensación es, en gran medida, una respuesta a la incertidumbre
Y la incertidumbre en nuestra profesión es algo que siempre está presente…
El aixioma «Sí és dificil es que lo estás haciendo mal», no se puede olvidar, hoy paseando por este vasto mundo 3.0, voy y descubro que el doctor humano està vivo.
Salutacions
Mestre.
Gracias! Si las cosas no salen bien es por error de diseño, planificación o ejecución
En un escenario de soledad y adversidad debes de sentir y creer que no hay nadie quien lo pueda hacer mejor que tú! Porque efectivamente no hay nadie!!
Llano0032000@yahoo.es Solo el que ha estado frente a un paciente vivo con los órganos expuestos, lo entendería, igual que cuando te encuentras con variaciones anatómicas o duplicaciones o ausencia de características que según los libros no existen.
Tengo certeza que NO eres cirujano … si lo eres eres, te gana la soberbia …
Y seguramente te falta recorrer mucho camino en los quirófanos …
Cuando lo fácil se convierte en difícil, ameritas pedir auxilio a la sabiduría divina, para convertirlo en milagro … Sí este se da, nunca serás tú el que obró …
Ya sabrás algún día de que te hablo y recordarás tu comentario …
Tengo certeza que NO eres cirujano … si lo eres eres, te gana la soberbia …
Y seguramente te falta recorrer mucho camino en los quirófanos …
Cuando lo fácil se convierte en difícil o lo difícil en imposible, ameritas pedir auxilio a la sabiduría divina, para convertirlo en milagro … Sí este se da, nunca serás tú el que obró …
Ya sabrás algún día de que te hablo y recordarás tu comentario …
No hay ateos durante una gran hemorragia inesperada de la cerebral media.
Tu terror es mayor aún si estas operando a un cirujano…
El te había preguntado que harías si sangraba la porta. Ahora no puedes defraudarle, tienes que mantener el dedo sobre este punto maldito que inunda todo, apretar los dientes y seguir avanzando con la otra mano. Y no estas solo, estas con el, se le debes…
Desde luego
Para esos momentos, de terror absoluto, donde tu mente y tu corazón van a mil por hora, y tu tienes que aparentar calma, dirigir a tu equipo y sacar el problema adelante…para eso no te preparan los libros. Esa calma te la da la experiencia a golpes, a dolorosos instantes. Y coincido con un comentario, es cuando el hombre de ciencia se vuelve religioso, no pidiendo milagros o ayuda divina, pidiendo al creador que las horas de estudio, los años de labor y la sabiduría de la edad maniobren en nuestra mente y en nuestras manos para sacar esa vida adelante.
Maravilloso relato, felicidades.
Palabras precisas.
Me sentí rico leyendo tu relato. Soy cirujano y se lo qe se siente en ese momento. Es una de tantas decisiones de vida o muerte qe nos toca aprender a descifrar desde los primeros turnos de residencia. Recuerdo 2 situaciones similares en mi trayectoria. La infaltable herida de cava retrohepatica y la herida de cara posterior de corazón. Pude bascular el corazón para suturarlo por detrás, y el paciente hacia mini paros, enderezaba el corazón, arrancaba, cogia fuerza y vuelva y báscule para poner otro punto de sutura. Finalmente salió.
Pero no pude controlar el sangrado de la dichosa cava, no valió shunt, pringle, Peñalosa, nada! Se fue yendo entre mis dedos. A lo ultimo solo salía ringer. 18 años.
Pero nada…..pa lante es pa allá. Se debe seguir, se qiere seguir y se puede seguir. Los cirujanos somos una especie diferente dentro de la ya desconcertante profesión médica. Somos el motor, la energía de un servicio de trauma. Siempre con las botas puestas
Una experiencia difícil de explicar
No tengo el placer de conocerle pero no he podido menos que sentirme algo molesta por parte de su reflexión que supongo se trata de un desafortunado descuido.
Qué suerte que HASTA el anestesiólogo, que no anestesista, se dio cuenta del descalabro. En este gremio al que pertenezco nos encargamos de proteger al paciente de la agresión del cirujano para que no sienta dolor, no recuerde nada, sus constantes se mantengan estables y las condiciones del campo quirúrgico sean las óptimas para facilitar su labor. Otro aspecto de nuestro trabajo consiste en transmitir seguridad y serenidad a todo el equipo quirúrgico en momentos como el que usted menciona y otros similares, entre otras cosas porque «mirar con ojos de pavor» no va a solventar el problema.
Y luego ya, pasada la tormenta y si quedan ganas nos tomamos el café.
Reciba un cordial saludo
Estimada Verónica, muchas gracias por su comentario.
Quiero aclarar que esta entrada es de una descripción «novelada» de un accidente, en un momento de tensión, en el que el narrador está intentando salvarse de un desastre que ha ocasionado. Por tanto, un «narrador no fiable» goza de toda la libertad para expresarse a su manera, sea políticamente correcta o incorrecta, porque las palabras tienen sentido, pero también sonido.
No sé a qué viene esta respuesta, pero sospecho que no ha entendido nada del magnífico artículo / micro-relato de Julio. Cualquiera que sea cirujano se sentirá perfectamente identificado.
Un cordial saludo.
El que esta tumbado esta contigo. La confianza en mis cirujanos ha sido,es y sera absoluta. Para lo bueno y lo malo. No hay milagros. Y somos humanos. Hay que arriesgar para triunfar.
La vida es muy corta para todos.
Decía Abraham Verghese en su excepcional «Cutting for stone»:
– «En un sangrado retrohepático es cuando el cirujano ve a Dios.»
Excelente relato » novelado» como tu lo mencionas, felicidades. No importa si es la aorta, la urerina, la iliaca o la cava la que te acompañe, esa soledad de la que hablas se siente fatal.
Muchas gracias Julio por acercarnos en estas líneas el sentir de un cirujano en situaciones que para los que somos ajenos al gremio se acercan a lo divino. Sin duda he podido escuchar hasta los latidos del corazón golpeandole en la garganta, y me hacen recordar mi experiencia vivida, cuando una úlcera de duodeno sangrante casi acaba conmigo, pero tras ser politransfundido (18 bolsas de sangre entre otros) y la brillante actuación de un médico al que le estaré eternamente agradecido que con la habilidad de sus manos y el uso del bisturí, este cirujano pudo coser lo que las gastroscopias no conseguían cerrar, superando una situación con niveles de hemoglobina de 5,6 y hematocrito de 16. Poco o nada importan las 20 grapas que dejaron una cicatriz en mi barriga, más bien refuerzan el valor de la vida y el saber darle la importancia justa a los problemas que ésta nos dá, pues todo tiene solución salvo la muerte. Gracias a ésta cicatriz pude cumplir la promesa de matrimonio con la mujer más maravillosa del mundo. Y sea casualidad o caprichos del destino, hoy que leo estas líneas se cumplen justamente dos años de aquella intervención quirúrgica. Mi más profunda admiración para el gremio de médicos y cirujanos.
Muchas gracias por tu comentario
Si en muchas ocasiones estas solo… Pero en la mayoría no, ayudantes, otros médicos, conocimientos, experiencia, familiares q alientan, la verdad es una mezcla y fusión de de columnas q te apoyan y esa soledad desaparece. Sintiéndose q muchas personas están detrás de ti en el quirofano. Es una gran experiencia.
Sin embargo, el sentido del bello artículo se basa en que pese a tener toda esa compañía y gente alrededor, la Soledad que se siente es por la responsabilidad que implica, la vida de tu paciente es tu responsabilidad y es una carga muy pesada sobre tus hombros, muchas personas a tu lado e incluso consejos que puedes recibir, sin embargo la decisión es totalmente unipersonal y las consecuencias también!!!
Es el momento exacto en el que el apoyo de otro cirujano que llegue en apoyo, con la mente fresca y despejada y que no cargue con la responsabilidad es un gran alivio, porque tiene una visión más clara en ese momento y resulta la mejor ayuda
Muy buen comentario, dramatizado y hasta poético. Pero es la pura realidad. Posiblemente sólo lo entienden (lo entendemos) los de nuestro «gremio».
Saludos cordiales.
Dios ayúdame.
Calma ante la tomermenta conservar la calma…aún la cava o la aorta dejan de sangrar con presión. Una pregunta simple puedes con ello adelante no puedes pide ayuda..otro cirujano..un angiólogo..otro ayudante..pinza a ciegas nunca .. en el peor de los esenarios control del daño. Dios ayúdame.
Y por qué no
Por eso es que los politiqueros,y demas personas en generalno sabrán nunca lo que es tener la salud y la vida de un ser humano es sus manos, y de decudir en segundos lo mejor para esa persona.La muerte acechando, tratando de hurtarnos ese BIEN PRECIADO, por el que luchamos, somos quizá los más desquiciados,osados o los mas benefactores del ser humano!?
En Oncología pediátrica en especial, es similar la impotencia cuando a pesar de luchar con todas las armas posibles se observa como se le escapa la vida a un niño lleno de ilusiones y a sus padres con la desventaja q en ocasiones en un sufrimiento lento y la impotencia es aún mayor.
Eso se hace muy difícil de tragar
Mas claro no se puede haber escrito…!
A pesar de esa inmensa soledad, que maravilloso e indescriptible el sentimiento de gozo, de saber la enfermedad vencida…la vida, salvada;la gratitud sin precio de unos padres mirándote a los ojos mientras murmuran «gracias».
En ese momento preciso, TODO valió la pena y nada falta.
Gracias por compartir.
Rafael
@ZGJR
Rgrosssz.com
Sin duda, Rafael. Los buenos momentos superan a los malos
Son los quirófanos esos lugares capaces de desencadenar una multitud infinita de sensaciones en la vida del cirujano. Pero sin duda, son el lugar preferido de disputas crueles entre la vida y la muerte, entro lo divino y lo humano, entre el aquí y el alli. Son esos lugares capaces de ponernos en contacto directo con el abismo. Pero……….. También son la puerta de entrada al camino de vuelta a la vida para muchas personas tocadas por la desdicha de la enfermedad. Eso sin duda no tiene precio y merece la pena vivirlo.
Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad. Que dios de salud a los equipos de Cirugia para hacer realidad los sueños de los demás.
Un saludo Mario
Amigo Julio,
Por alguna razón no vi tu ensayo. Felicitaciones otra vez, y comento:
Nadie que no se haya encontrado en su tenida verde, tendido sobre un cuerpo inmóvil, empapado en sangre tratando de detener aquel fluido tibio que llena el campo una y otra vez podría entender el significado de esa soledad, de ser tu mismo el ULTIMO en la jerarquía, de que ya no queda a quién más preguntarle cómo resolver TU problema, de esos minutos que pasan lentos o detenidos, pensando en el paciente, sus hijos, y los tuyos, en cómo estarán riéndose y gozando, sin imaginar, ni jamás poder vislumbrar aquella sensación que te recorre la espalda, y que mientras sostienes apretada la masa sangrante al fondo del abdomen con una mano que no es capaz de distinguir más que objetos gelatinosos detrás del hígado, parece disminuir el flujo, pero apenas relajas un poco el pulgar, vuelve a inundar el campo. Todos te miran tratando de que no se note, con grandes escleras, los residentes, ayudantes, anestesistas, los dos alumnos y paramédicos, silenciosos, y esos otros ojos desconocidos y callados desde los ventanucos de la puerta, todos con la esperanza que TU podrás resolver, una vez más esta situación y sacar adelante esa vida que pende de un hilo, de tu fortaleza, y dentro de ti te preguntas si de verdad la tienes.
Llega ese momento en que nadie habla y el silencio se hace maligno, cada uno independientemente quiere que haya sonidos, que cualquiera hable, que alguien pida algo, que el cirujano diga cualquier cosa, aunque sea terrible, pero algo. Nada peor que el silencio. Maldito silencio, es la soledad del silencio, la soledad del cirujano.
Cómo llegar a explicarlo a quien no haya sentido el calor de la sangre escurriendo entre tus ropas y meterse al calzoncillos, o a tus calcetines, por que no pudo detener el flujo, o metiéndose caliente dentro del guante después de estar tantos minutos en la profundidad del abdomen apretando un aneurisma aórtico roto.
Imposible explicarlo cuando llegas un poco tarde a la casa y están sentados comenzando a comer, e inocentemente con una sonrisa te preguntan «¿cómo fue tu día ?
Imposible no sentir dolor cuando el lunes llegas a la oficina y recibes la carta de un abogado diciendo que tal paciente está descontenta por la cicatriz gruesa.
Deben existir muchos clubes privados en los oficios humanos, pero ciertamente el «Club de la Soledad de los Cirujanos» es uno al que no se accede sin realmente ganarlo Los únicos invitados pueden ser algunos Anestesiólogos.
Bien dicho, amigo Julio.
PEDRO VIDAL, FRCS, MS, MD, Profesor de Cirugía, Anatomía Humana y de Cirugía Plástica.
Email: pvidalg@mac.com
Muchas gracias Pedro.
He estado ahí dos veces….
Cada que leo esto lloro….
Lo siento
Excelente descripción. Los cirujanos sin duda somos más Hombres de Acción que Intelectuales y es precisamente en estas acciones donde se cambia el rumbo del destino tanto del paciente como del cirujano mismo. Sartre tenía razón cuando afirmaba que «la existencia precede la esencia» por que solo en estos momentos se logra existir para luego decir que se es, es decir, nadie puede decir que es valiente sin haber cometido antes actos de valor y esto los cirujanos lo descubrimos a menudo en estas pequeñas grandes batallas a las que nos enfrentamos en las salas quirúrgicas.
Estimado Julio
Yo como Ángiologos viejo.te entiendo y sé lo que pasaste en ese momento.durante mi trayectoria, varias veces al abrir un abdomen, con un diagnóstico de sangrado abdominal agudo, equipo y anestesiologo , exelente, encontrarte con un chorro de.ese líquido. al que ningún cirujano por muy hábil que sea ó se crea, nos gusta ver fuera de sus cauces, y menos la cavidad totalmente llena Te llega automáticamente y al unísono la petición mental y porque no,A veces sonora de la imploracion divina, para que guíe tu mano en la dirección correcta y puedas encontrar y apretar, ál mismo tiempo la.aorta y la.cava.apretarlo con toda tu fuerza.y trates de parar el sangrado.
mientras que tus ayudantes salen de la parálisis y te ayuden a sálir adelante
Somos los instrumentos a través de los cuales Nuestro Maestro supremo realiza los destinos de.nuestro paciente, nunca deberemos olvidar que somos humanos, y que.solicitar humildemente que nuestra mente sea clara, tranquila y éficaz para poder llevar a buen fin nos hace acercarnos más a.Él y te aseguro que sales.adelante
sobre todo en una urgencia y en un hospital sin mayores recursos
Estos son los momentos que hacen al Cirujano
Tu relato me estremece. Y aunque no soy Cirujana. Entiendo la profundidad de tal sentimiento. Gracias.
Es algo que nadie de los que nos dedicamos a la Cirugía quisiera que nos pasara pero que a pesar de eso nos pasará en aguna ocasión, porque es parte de los «riesgos» que se corren como parte del desarrollo de nuestra profesión, es parte de lo que hace hermosa a esta especialdiad, es parte de lo que la hace especial y única, y que sin todo esto seguramente cualquiera sería cirujano y además, yo me pregunto ¿Sería la Cirugía igual de hermosa y emocionante?
Saludos a todos los colegas
¿Lo has publicado? Me gustaría publicarlo en Revista CONAMED. Si te interesa escribe por favor a revista arroba conamed punto gob punto mx. Saludos
Lo voy a publicar, pero la entrada del blog la puedes usar sin problema
No hay mejor manera de describir ese momento de soledad…
Algo que los cirujanos no quisiéramos que existiera… Pero que a todos nos invariablemente nos sucede o sucederá…
Gracias y felicidades por sus palabras.
Solo el que vive en un quirófano siente verdaderamente al tomar decisiones. Quizás lo que sintió dios con el toque divino, dios bendiga a cirujanos y anestesiologos
Gracias por el relato. Intenso y revelador.
Yo lo viví desde el otro extremo, embarazo de 32 semanas, placenta previa central total, con 6.5 de hemoglobina, sangre tipo B – con solamente un paquete de sangre en el inicio de la cirugía, y el cirujano encuentra la placenta adherida a la vejiga, sangrado extremo, cirugía de 7 horas en donde gracias a la habilidad del cirujano, a sus benditas manos, a su mente lúcida, al amor por lo que hace a los 12 paquetes de sangre que llegaron de quién sabe dónde, y a la divinidad presente en ambos, estoy aquí disfrutando el cumpleaños 24 de mi hija.
Y por supuesto, que cada que recuerdo el evento, le agradezco a ese hombre y lo bendigo a donde quiera que él se encuentre.
Ahora con su relato, pude también sentir el momento de vacío que tuvo que haber pasado él ante el inminente desastre y con mayor presión de lo común porque mi padre fue su maestro y estaba presente.
A usted y a sus colegas, les agradezco en nombre de todos los que nos hemos encontrado alguna vez en sus manos, en la mesa de quirófano.
En esos momentos tu actuar tu soledad te va acompañar toda tu vida
Son esos momentos que nos van marcando como cirujanos muchos tendrá pocas o muchas rayas
Podrás tener ayudantes de primera anestesiologo increíbles llamar a otro
Pero decidiste ese instante de soledad
Presionar , pinzar. Ligar, llamar a otro o lo que hayas decidido es lo que compartimos los cirujanos
Gracias Julio. Gracias Mario gracias Pedro. Saludos. Alfredo. Soy cirujano pediatra
Solo se encuentran. tres seres : el paciente el cirujano y DIOS asi lo he sentido muchas veces y EL me ayudó al invocarlo. AUGUSTO. PERALTA ORREGO. Lima PerúPerú
Excelente . Solo el que no ha pasaso algo asi no se imagina esa soledad… peroo…. los creyentes sabemos q no estamos solos ….
Uno de mis maestros alguna vez me dijo en la residencia de cirugía general…. No hay nada peor que un cirujano en apuros durante un procedimiento cuándo luchas contra la muerte de un ser humano con vida y ésta depende de ti. Palabras muy ciertas
Cuando algo así pasa primero pienso en que Dios es quien toma la decisión final y yo soy su instrumento. De inmediato busco en mi armamentario la manera más sencilla de controlar el desastre, desde un clampaje hasta un packing pasando por una sutura a ciegas o una cánula artificial que sustituya el vaso dañado: control de daños, control de tu mente. Pero siempre hay que tratar de calmar al resto, en especial al Anestesiológo y al primer ayudante. No somos dioses, somos humanos y nada de lo que hacemos lo hacemos para hacer daño.
Dios!!! Creo que he tenido una epifania con esta narracion.
Ese vacio lo podemos aplicar en diferentes facetas de nuestras vidas.
Muchas gracias por compartirlo doctor!
Los que cabalgamos en esas incertidumbres entendemos a la perfección: no hay marcha atrás, sólo te aferras al rebaladizo destello de tu conocimiento y la experiencia, incluso ajena, en situaciones así. Me ví plenamente identificada. Sentir el sabor de la adrenalina en mi boca, es de locos, y aquí seguimos.
mas terrible cuando en el trans -operatorio el paciente se desatura,. bradicardia……..paro cardiaco…… reanimacion RCP., …, .masaje cardiaco por 8 minutos, el paciente lograr recuperarse pero el final de la cirugia no hay respuesta neurologica en los reflejos y se sospecha lesion encefalica severa y habra que descartar muerte cerebral…………………….que paso??????, que le decimos a los familiares, cual es la explicaciòn del evento???????…………..
Como cirujano Hepatobiliar y de trasplantes me identifico con el artículo.
El cirujano es solo, y al operar entra en un mundo donde el capitán no abandona el barco.
Lo las cierto es que ojalá cuando algo sale mal la familia lo logre entender, solo somos humanos.
Ahora no solo debemos defendernos de la enfermedad, muchas veces toca hacerlo del paciente o su familia.